La validación de identificación de muchos documentos legales, financieros y de otros tipos se determina por la presencia o ausencia de una firma manuscrita autorizada. Para que los sistemas computerizados de mensajes reemplacen el transporte físico de papel y tinta, debe encontrarse una solución a estos problemas. El problema de inventar un reemplazo para las firmas manuscritas es difícil. Básicamente, lo que se requiere es un sistema mediante el cual una parte pueda enviar un mensaje "firmado" a otra parte de modo que:
Para comprender el concepto de firma digital, imaginemos ahora que disponemos de un documento a enviar. Entonces mediante una función hash calculamos el hash del documento y luego lo ciframos, utilizando un algoritmo de clave asimétrica con nuestra clave privada. Ahora trasmitimos el mensaje original y el hash cifrado. Quien reciba nuestro mensaje si descifra el hash , calcula el hash del mensaje recibido y obtiene el mismo número puede obtener buenas noticias:
Si además se desea que nadie pueda leer el mensaje todo lo que habría que hacer es cifrar el mensaje con el primer algoritmo y luego trasmitirlo con su hash.
Una firma digital debe permitir además de verificar el autor del documento, tener refencia de la hora y fecha en que fue estampada en el mismo. Adicionalmente la firma digital debe ser verificable por terceros.
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